En la segunda mitad del siglo XVII, después de que la ciudad sufriera dos ataques holandeses, se construyó, para proteger el puerto, una fortaleza muy peculiar: el Fuerte de São Marcelo. La fortaleza, como puede verse en la imagen, se levantó en medio del mar (en un banco de arena). Su forma circular permitía que los cañones dispararan en todas direcciones.
El anillo exterior data de comienzos del siglo XIX.
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